La faja puede ser útil en un
momento determinado, cuando realizamos esfuerzos y por un tiempo limitado o por
prescripción médica.-
Restringe
la respiración, con presión en las costillas, empujando, a su vez, el diafragma
y condicionando con ello a los pulmones a una respiración superficial.-
Comprime
los órganos con problemas estomacales, intestinales e infecciones.-
Comprime
también, las venas, impidiendo la correcta circulación.- En cuanto a la circulación en las
piernas y músculos, la presión es bastante negativa, con hormigueo y
cansancio.- (La Fundación Española del Corazón advierte
que usar prendas muy ajustadas, favorece el riesgo de desarrollar problemas
cardíacos que pueden provocar edemas y trombosis).-
Puede
ser la causa de rozaduras en la piel e infecciones vaginales.-
La
faja puede provocar también la debilidad de los músculos.- Es ella la que hace
la misión que le corresponde a los músculos, que, al no realizar su trabajo,
van perdiendo fuerza y tono.-
La
creencia popular de que el uso de la faja adelgaza, es un error.- Nunca la faja
será un medio para adelgazar.-
La
presión en la vejiga puede provocar incontinencia.-
La
verdadera silueta la mejoramos utilizando las técnicas de corrección postural,
sentándonos correctamente, evitando colchones y almohadas que faciliten la formación de un arco en la espalda y olvidando los
tacones muy altos y los zapatos muy apretados.-
En
resumen: Una dieta equilibrada, las
buenas posturas y el ejercicio nunca pueden ser sustituidos por una faja.-
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